martes, 19 de octubre de 2010

CANTOS REPTILESCOS O ESOS DOBLAJES CASTRALES LAMIENDO EL CEREBELO DE LUJURIA PERENNE. El oscuro secreto de las eternas maullantes.

(Ñancu Rupai – San Carlos de Bariloche)

(Fragmento)



La castral negación de la esencia,
ligazón rapaz
fiel a su negrura,
(dosifica empeñada en destruir las pequeñísimas
partículas genéticas) sistematizadora lepra
VUESTRO DILUVIO SERÁ ÚNICAMENTE
[DESPEDAZADOR DE LA MORDAZA
Cada domesticación de hormiga encuentra implantaciones,
y se atraganta madrentando,
LOS COLAPSOS ERIGEN SUEÑOS DESDE SU POMPA.
Sé qué pasará con este hedor de de aceite,
pasará que la luna de vinagre nos sobrevendrá.
Empapada batirá los sacos que hoy comen
(PELOTAS POR TODAS PARTES SIN RAZÓN)
(¿qué llama contrajo semejante matrimonio corrupto?)
¿Acaso es necesario tanto vaivén?
Flotantes palmerías, viéndose en espejos
¿pegados a esta baba?
Sucia y tardía al menor rasguño.
Las almas de hierro frío hincan salvajemente
a esta boca, que aquí hoy explota
¿tenéis mirada de león para alucinarme siquiera?
YO NADA POSEO
NI CAMBIO
NI FROTO
NI CONTRAIGO.
La sabiduría del lenguaje cabe con toda su espesura
en el hollín de toda chimenea.
Si no logras partir de esta muerte,
en todas las asistencias habrá un dragón fulminador
que retorcerá sus tripas
(PLAGA CALLA)
sobre este colchón de espinas
hombres esquizoides placen al ras
de estas nervaduras yacentes
con un flotador medidos por segundos de muerte.



En: Ñancu Rupai. Cantos reptilescos o esos doblajes castrales lamiendo el cerebelo de lujuria perenne. Ediciones La Hormiga. Buenos Aires, 2004.

CANTATA ARAUKANIA



En esta Cantata se incluye un poema musicalizado de mi libro "Las Distancias" (2010), levemente intervenido.

CUECA ROJA INTERMINABLE
(Erwin Quintupill - Saltapura)

(La muerte) Se agranda Chile pa’l norte
(La muerte) Se agranda Chile pa’l sur
(La muerte) se agranda para los cielos
(La muerte) nos dejan sin pan ni luz.

Me empujan pa cerros tristes
(la vida) tiempo doliente
Quemado quedó el sembrado
(abajo) como sufriente

Como sufriente, ay no
(caramba) yo voy dudando
Si tendrán dentro ‘e su pecho
(ay, ay, ay) un contrabando

Un contrabando, duele
(por el cerro) yo quisiera
Devolverte los balazos
(mi vida) en tu sesera

En tu sesera, ay no
pierdo el cariño
huyendo por barrancos
(la muerte) vi cuatro niños

Vi cuatro niños, sí
(abajo) peras maduras
Parecía un soldado
(abajo) Pero, era cura

Pero era cura, no
(debajo) pasan los años
No quiero que con su mano
(tu vida) Me haga más daño

Me hagan más daño, sí
(parece) todo es inútil
Han entrado a mi casa
(sufriré) con su fusil

con su fusil, de nuevo
(ay, ay, ay) me quita el sueño
mientras va celebrando
(ay, ay, su) bicentenario


Toda mi alma, morena
carga consigo una pena

domingo, 26 de septiembre de 2010

TÓRTOLA

(Omar Huenuqueo – Labranza)

Dulce palomita silvestre, recolectora, semillera;
untadas con sangre de amapolas las rojizas patitas;
oído delicado y descifrante;
alas húmedas, esquivas, gallardas;
plumaje de espuma gris mojado
con la tristeza y el perfume de los bosques;
manchada con la harina del trigal
eres una artista melancólica del campo.

En el alma de la selva
escondes tu flauta bajo el ala y duermes…


(Versión en mapuzugun de Omar Huenuqueo)

Kachu Anka pichi ngunum, trapumkafe, ketrantufe;
rayen ñi kelu molfun mew kolotun namun;
welulkakenochi kume pilun;
narfen mupu, piyof, nuwa;
pañus trof pichun, kasu, kulchof
mawida ni weñankun ñi numun mew ka;
korpacaleymi ketran ñi rungomew
weñankun ayekafe ngueymi lelfun mew ka.

Mawidantu ñi am mew
ellkalkeymi tami ayekafe miñche mupu fey umautukeymi…

En: Pewma. Revista de Literatura y Arte. Año 2 Nº2, 1995.

PACIENCIA


(Omar Huenuqueo – Labranza)

Amo esa silla
donde, alguna vez
se sentará
mi alegría.




(Versión en mapuzugun de Omar Huenuqueo)

Ayufin feychi wanku
cheu ni anunagpuam
ka antu
iñche ni ayuwun.

En: Pewma. Revista de Literatura y Arte. Año 2 Nº2, 1995.
Imagen: Regreso de entierro. Saltapura, marzo 2010
Fotografía: Erwin Quintupill

LA PRIMERA PÉRDIDA

(José Teiguel – Castro)

Una vez que se patentizan
el pasto
el agua
y el paisaje es letra muerta
cada uno arregla la soledad
a su manera.

A golpes de hacha y machete
sucumben los territorios
en estado de gracia.
A golpes de fuego los fusiles
apuntan sus binoculares
hacia la noche.

Que no se te olvide, Pérez Rosales.
Que no se te olviden los Cuncos
huyendo hacia el sur
con su cielo a rastras
y la esperanza llena de hematomas.

Dieciocho varas de ancho tiene la suerte
De los fugitivos nonatos.

En: Teiguel, José. La heredad del pasto y el agua. Paginadura Ediciones, 2ª edición, octubre 2006.

NO SÉ DE MÍ


(Paolo Luke “Neltume”)

Yo no soy aquel que mira ese espejo,
yo soy, no soy.
Soy triste, soy agrado pero no soy;
la verdad estoy solo.
Tranquilo conmigo, a veces cansado
en mis días de paz estoy poco, tal vez ratos asustado.
Tú eres del sur, él del norte,
nosotros del lago, vosotros de la cordillera,
ellos son del valle y aquellos ya son esclavos.
Yo sin embargo aún no logro identidad,
soy un hijo de la casualidad,
un originario del encuentro,
lejano del suceso pero vigente,
haciendo de mi atributo una mixtura.
Volador del bosque inacabadamente, nadador del río,
zorro del calvario, brisa espesa que empuja el piñón hacia las
manos,
musgo, camanchaca,
artesano del barro, minero, poeta,
herbívoro, araucaria y mestizo además.
Aún ignorante del todo,
en fin quien no debiera ser soy,
pero fui.
Inquieto para mí y mis preguntas,
silencioso en instantes molestos,
refutablemente cotidiano.
Vistas gastadas, dedos tristes como si eso importara,
natural, falso de poesía;
así trato de ganar.
De vez en cuando trabajo mirando el pasado
y a la vez mis cordones,
mentiroso si te saludo y te sonrío,
radical, necio, es decir creativo.
Vegano de actitud
¿bueno?
Soy, fui y trato de ser lo que jamás pensé que sería,
no soy un sueño ni menos ingeniero,
soy farsante, pintor y travieso, o sea soy cualquier cosa.
Soy todo menos constitucional, menos patriota,
mi pena,
mi tierra lejana por ahora.
Perdido en este lugar donde al parecer no calzan todos,
cuando escribo sé de papel borrón y prejuicio;
sendos escritos en madera.
Quise e intenté ser quien no debería,
soy quien dañó a la persona que más quería,
¿fui un músico o simplemente un animal
de esos tiernos que nunca nada hacen?
Sin responsabilidad, un mediocre entero.
Soy y no me quejo porque si lo hago
ya soy mi trapo viejo.

En: Kolectivo We Newen. Sembrando Vida. Wallmapu entre imágenes y poesía. 2007.

Imagen: Puerto Saavedra. Enero 2010.
Fotografía: Erwin Quintupill

REFLEJO


(Carmen Curiche – Ragintulewfu – Nueva Imperial)

Logré abrir mis ojos durante cinco segundos
y vi el reflejo más hermoso y luminoso
que estos tristes ojos negros habían podido mirar.

Al cerrar mis ojos la luna me dijo:
tu estrella iluminó la tierra,
sólo una pequeña porción de ella para que iluminara tu despertar
y con tu despertar te trajo el regalo de tus ancestros.
Ya más no tengas miedo de abrir los ojos,
en tu senda no estarás sola.

Cuando desperté,
sentí los labios más dulces y suaves que podría imaginar
y junto a él,
el reflejo de mi piel.

En: Kolectivo We Newen. Sembrando Vida. Wallmapu entre imágenes y poesía. 2007.

Imagen: Grafitti. Puerto Saavedra, enero 2010.
Fotografía: Erwin Quintupill

LA CHICA MELINAO

(Salvador Mariman – Temuco)

Hoy temprano en la mañana desperté
y el olor a soledad rondaba en mi ventana,
seis de la mañana,
la chica Melinao en la esquina embarazada.
Su sueldo varía según miércoles o fin de semana,
los feriados por lo general no se le ve;
cuentan que ya no celebra el We Xipantü
porque su familia se avergüenza de volverla a ver.
Ella tenía sueños y estaba cansada de su vida en el lof,
quería ser independiente
y tener una vida más allá del matrimonio.
A ella le molestaba el barro, el frío
y tener que levantarse en la mañana a alimentar a los chanchos;
cuando había visita ella no hablaba,
pero tenía que estar cerca del padre para llenarle el mate.
Sola, lejos de la vida,
la chica Melinao es fuerte,
duerme en el día y de noche un taxi la viene a buscar,
no conoce el amor y mañana hará un aborto
pues sabe que en su vida la comida no alcanza para dos,
no alcanza.

En: Mariman, Salvador. Extiendo mis alas a pesar del largo invierno. Kolectivo We Newen, 2009.

martes, 31 de agosto de 2010

LIBRO: "LAS DISTANCIAS"

De momento comparto este trabajo del modo que aquí indico. Haga click sobre el link que aparece más abajo o péguelo en la ventana de direcciones y se abrirá.

Sé que hay otro modo de hacerlo y es como quería; pero, de momento no alcanzo a saber. La idea es que ustedes puedan bajarlo directamente desde un icono... más después, como se dice por ahí... y si alguien puede decirme el modo de resolver este asunto...se agradecerá

Este libro surgió de las fructíferas conversaciones con Víctor el día en que acordamos aportar a la contracelebración, que es un modo algo violento de decir; pero, que en cieerto contexto se hace necesario... El lenguaje que aquí utilizo no es frecuente en mí, no responde a mi poesía habitual

Gran parte de este libro fue escrito en un solo día,hace como tres años atrás... Después dejé pasar un tiempo, y más tarde volví para reflexionar lo trazado en el papel. Entonces, fui modificando la forma de algunos poemas... y agregando partes, porque al principio no estuvo pensado exactamente en los símbolos... El "culpable" de aquello es un amigo que escribió un libro sobre educación e interculturalidad.

Haga click en: http://www.scribd.com/doc/36704700/LAS-DISTANCIAS



Gracias, por ahora

miércoles, 6 de enero de 2010

CUANDO LLEGABAS

Cristian Antillanca – Huiro – Corral)

El sol cae sobre el chuponal
El viento sur llega a los huesos
Los caballos que pastaban quietos
se asustan
corren
En el mar el marullage ha florecido.

Recuerdo cuando en la orilla
los perros y yo te esperábamos.
Cuando llegabas a puerto
ellos saltaban sobre ti
te lamían la cara
tú reías
Yo los envidiaba
Pero no te culpo
lo nuestro era el silencio
Para mí tú eras la lanza que descansaba
en un lugar preciso de la casa
Ahora que no estás escribo
para que el silencio venga
como cuando de la mar llegabas.

En: Antillanca, Cristian. La tarde cae en las hojas de los árboles. Ediciones Nolmén, 2006.

JUAN PAILLANTE


Cristian Antillanca – Huiro – Corral)

Juan Paillante me dijeron que te llamas
cuando yo andaba triste
“Juan Paillante i latúe
la planta con nombre y apellido”
me dijeron
desde ese día te busco Juan por la orilla del río
para bailarte, para pedirte
como lo hacían los antiguos
Que venga el Kallfürapa del otro lado del Chahuin
como toro embravecido
a plantar bandera
bandera mapuche
para que retoñen tus hijos Juan
y los nuestros puedan bailar pedir
que se levante que se despierte
de la tierra
el coligüe.

En: Antillanca, Cristian. La tarde cae en las hojas de los árboles. Ediciones Nolmén, 2006.

Imagen: Cristian Antillanca. Chaihuin, febrero 2009

Fotografía: Erwin Quintupill