lunes, 21 de noviembre de 2011

LENGUAJE Y COMUNICACIÓN – 3º AÑO BÁSICO EN CONTEXTO MAPUCHE

Bajo la coordinación general del Programa de Educación Intercultural Bilingüe, el Ministerio de Educación publicó en diciembre de 2005 un texto para el aprendizaje en el sector de Lenguaje y Comunicación, en contexto mapuche; vale decir, un libro para trabajar –preferentemente – con niños y niñas mapuche.



Portada Libro "Lenguaje y Comunicación"

La autoría del libro es de las profesoras intercultural Olga Antilen Canío y María Angélica Lienqueo Werner. (Ver imagen de portada y de página 2).



Créditos Libro "Lenguaje y Comunicación"

Ya hubiera querido yo un texto de este tipo en mis años de escolaridad básica, allá en la escuela de Saltapura que administraba Nolberto Licanleo, porque en esos años se trabajaba con textos enviados desde el Ministerio, lo mismo que ahora, pero que estaban destinados a los niños y niñas de nacionalidad chilena. En ese tiempo, lo mapuche no existía de modo explícito. Algo se ha avanzado en los últimos tiempos, pienso, gracias al trabajo de no pocos hombres y mujeres, ya sean mapuche o no. Pero, revisando el texto que me llegara de pura casualidad, me encontré con que en la página 117 (ver imagen) se reproduce sin alteración alguna un texto de mi autoría. Lo lamentable es que ni en esa página ni en la siguiente ni en ninguna parte del libro se reconoce que el texto me pertenece. Lo bueno es que no lo modificaron.



Página del Libro "Lenguaje y Comunicación"

Este poema-relato que lo escribí sin nombre alguno fue publicado por primera vez en la Revista PEWMA (Revista de Literatura y Arte. Año 2, Nº 2, Primavera 1995. Temuco, Chile), bajo la responsabilidad o dirección de Jaime Huenún. Allí apareció ilustrado por Cristian Collipal. En realidad, ignoro si Cristian hizo la ilustración especialmente para acompañar mi trabajo. Lo más posible es que no haya sido así. (Ver imágenes (portada y página en que se publicó el trabajo mencionado)). Como editor gráfico de ese número de la revista Pewma estuvo Cristian López a quien conocí haciendo fila para ser atendido en el Bancoestado de Temuco. De pronto noté que me miraba por encima de sus anteojos e indicándome me dijo: “El arte de tejer”. Así lo conocí y él me contó que Jaime había puesto nombre a mi poema-relato, cuestión que nunca me molestó y que agradecí, aunque jamás pensé en titularlo de ese modo. Es la única vez que el poema fue publicado con la autorización mía. Posteriormente, lo he visto en páginas de Internet. Aquí les van:






Imagen: Portada Pewma 2, Primavera 1995

Hay una versión en catalán. Entiendo que se debe a un trabajo de Jaime con personas de España, con el propósito de una antología que, al parecer, nunca llegó a ser. Sin embargo, la versión pueden leerla en:

http://seriealfa.com/alfa/alfa28/EQuintupil.htm



Imagen: Primera publicación del poema en Revista Pewma 2, primavera 1995

Observen ustedes que en todas ellas se menciona mi autoría. Y con eso, basta. Entonces, me pregunto por qué estas dos profesoras no tuvieron a bien citarlo; pero, sí lo hicieron con el trabajo de otros peñi.



Imagen: Canasto con lanas. Erwin Quintupill. Saltapura, 14.02.10

Me queda un sabor amargo, como si entre nosotros los mapuche no existiera el valor del reconocimiento por el trabajo ajeno, que no es del todo propio, ya que está pensado desde y para el colectivo. Me queda un sabor amargo, porque uno sabe que de nuestra cultura ancestral no recibimos el ejemplo de utilizar lo ajeno sin agradecerlo, sin reconocerlo. Me queda un sabor amargo, porque da la impresión de que en este proceso de profesionalizarnos, a través de la educación chilena, se va una parte importante de ese legado antiguo, en muchos.

Imagen: Flor Raguileo, hilando. Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, 14.02.10

El poema relato que Jaime Huenun llamó “El arte de tejer” lo escribí después de una conversación sostenida con mi primo José Carihuentro, mientras viajábamos de Saltapura a Nueva Imperial, en la micro de todos los días, en el otoño de 1995. Lo hice para todos y quedó como fue escrito. No hubo retoques posteriores. Por eso y otros motivos, lo considero uno de los mejores textos que he escrito en mi vida. Hace referencia a una creencia mapuche, pero, también a un asunto estrictamente personal, porque soy – quizás – uno de los pocos hombres que conoce el secreto de tejer en el telar mapuche, si es que hay algún otro. (Fue en el verano de 1989 y a causa de una enfermedad que – casualmente – tomé contacto con el wixal. Me atrajo la posibilidad de dibujar o de laborear, como dicen las mujeres de mi lof).

Imagen: Ovejas Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, 27.06.10

Si alguien conoce a Olga o a María Angélica, mándele este recado. Espero que algún día enmienden este error, no dirigiéndose a mí, que ni tanto importa, sino siendo más rigurosas en la revisión del material que incluyan en sus proposiciones, porque en este caso da la impresión que el texto les pertenece.


Erwin Quintupill