jueves, 3 de diciembre de 2009

YO SOPLARÉ UN ESPÍRITU SI ROBARAN TU ALIENTO


(Bernardo Colipan – Osorno)

Si algún día el wekufe te robara el aliento
yo soplaré mi espíritu
dentro de ti
para llenar el vacío.

En: Colipan, B y Velásquez, J. Zonas de emergencia. Paginadura Ediciones, 1994.


Imagen: 3º Mingako Kultural. Saltapura, enero 2009.

Fotografía: Erwin Quintupill

SIN TÍTULO


(David Aniñir – Santiago)

Las voces de la tierra se comunican
con el corazón escuchamos
y olemos sus palabras…
nuestros pies besan la tierra.



(Versión en mapuzugun de Lafquen Painemilla)

Aukin tañi mapu denun
fey piuke meu allkvtuaiñ ka
nvmun tamun dugun
xafwun meu Mapu tañi Namur meu.


En: Aniñir, David. Haykuche. 2ª Bienal de Arte Indígena, 2008.


Imagen: Hombres arando (Saltapura)

Fotografía: Erwin Quintupill

MARERO


(Jaime Huenun – Valdivia)

De lejos he venido a trabajar el mar,
de lejos he venido a hundirme en la arena.

Mucho sol ha de darme todavía en la cara,
mucho polvo colorado quemará mis ojos.

Silencioso sigo la huella de la Costa;
pocas sombras han dado sombra a mi palabra.

Ahora busco un laurel en la Tierra del Eco,
ahora corto la rama en que veré mi suerte.

Huachihue llamaron antiguos caminantes
a este arco de rama hincado en la tierra.

Si a mi vuelta lo hallo aún enterrado
señal será de vida y viejo he de morir.

Y si una de sus puntas hallo levantada,
malos vendrán mis años y el viaje perderé.


En: Huenun, Jaime. Ceremonias. Editorial de la Universidad de Santiago de Chile, 1999.


Imagen: Mehuin. Febrero 2008

Fotografía: Erwin Quintupill

KÜLA TROY


(Paulo Huirimilla – Calbuco)

Apareció el animal por el río
tenía un pelaje brillante
escapó el hombre
sin ver sus propias huellas.

Vive el ser de la eternidad
en lo líquido.

Muerde el agua tu sueño
despierta en el eco
de tu propio grito.

El gallo suele cantar al arrebol
su plumaje.

Mar.
Pleamar.
Bordeagua.
Marejada.
Bajamar.

Las perdices tomaron a mi cautiva
Y atraparon su cola de ausencia.

Todo el mundo: uno
Todo lo puede: ser
Todo redondo: entender.

No he de contar a las olas
cortadas por la andanía
ni a las olas que
cortan el cantar.

El día crece de esperanza
va cayendo como un objeto
lanzado del espacio
hasta llega a la claroscura fiebre.

En: Huirimilla, Pablo (Inédito)

Imagen: Máscara (de Lino Raguileo)
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura 07.12.08

COMETA FUGAZ


(Rayen Kvyeh – Temuco)

Llegó como un cometa
mostró su luminosa estela
y desapareció

LEF WIÑOLWE

Wiñolwe reke akuy
peñelpay tañi pelol
tañi ñanmkual.

En: Kvyeh, Rayen. Cometas azules. Autoedición; Temuco, 2003.


Imagen: Sendero. Cahyhuin, 14.02.09

Fotografía: Erwin Quintupill

MANTA DE PLATA


(Rayen Kvyeh – Temuco)

Con su manta de plata
la luna descubre tu rostro
entre verdes pehuenes
de la azulada montaña.

El Puelche
me arrastra el olor de tu piel
y en el canto de los chirrios
escucho tu voz.

Santiago y su smog
desdibujan tu rostro
en cementerios edificios
se esfuma el olor de tu piel
entre el chirrido de frenos
se apaga tu voz
y tu manta se deshila
en la apresurada muchedumbre
y las luces de neón.

En: Kvyeh, Rayen. Cometas azules. Autoedición; Temuco, 2003.
Fotografías: Erwin Quintupill y Víctor Cifuentes

SANGRE MAPUCHE


(Elba Millanao[1]-Maquehue)

Soy de sangre mapuche
aunque criticada soy
ignorancia para quien lo dice
yo soy feliz en mi corazón.

Mis padres trabajan mucho
para darme educación
y si aprendo el inglés, el mapudungun
les contestaré mapuche soy.

Somos tres hermanos
dos mujeres y un varón
y aunque en el extranjero critiquen
siempre seré lo que soy.

Beberemos agua del pozo
cocinamos con fogón
cuando hacemos sopaipillas
qué ricas son.

Una quiere ser bailarina
el otro quiere ser doctor
Si la sociedad me pregunta
originaria soy.

También somos noticia
y luz eléctrica tenemos hoy
aunque no vista muy elegante
mapuche soy.

Pienso seguir adelante
con lluvia, viento y sol
y aunque sea dura la vida
yo tendré mi profesión.

Nos visitan desde el norte
por tierra y por avión
y cuando oyen nuestro idioma
escuchan con atención.

Visitantes de aquí cerca
y también de otra nación
les sorprenden los colores
y también el corazón.

Tenemos nuestro propio baile
aunque no tocamos acordeón
cuando se ven bailar los choiques
qué bonitos son.

A la ciudad no le temo
ni menos a la humillación
voy muy bien preparada
porque mapuche soy.

En: Escuela Comunitaria Nº 26 Molco Ñi Meli Rewe. Primer Concurso de poesía y Epew “Kintuaiñ ñi Maquehue rakiduam”. 1996.
[1] Alumna de 8º año básico, año 1995. Escuela Particular Nº 23, Maquehue.
Imagen: Karina Raguileo
Fotografía: Erwin Quintupill

lunes, 31 de agosto de 2009

LA CONQUISTA DE LA MUERTE (Fragmento)


(Emilio Guaquin – Puqueldon – Chiloé)

3

En las ciudades
los muros son oídos arrastrando la noche
son ojos
queriendo mirarse el alma azotada
y batida y toda semejante

a un hondo cielo que calla.

En: Huenún, Jaime. “20 poetas mapuche contemporáneos”. LOM Ediciones, 2003.
Imagen: Propaganda UP
Fotografía: Erwin Quintupill. Carahue

5 POEMAS INÉDITOS DE


(Víctor Cifuentes – Quintrilpe – Vilcún)

Malümekefin tañi runániechi rag llengá
türpu pengén-ngelay kiñe lefmáwchi fachí pu lewfü ñi lüyküko norumé

Reviso un puñado de greda:
En él ni una fugada gota de estos ríos.

.......................................


Petú pewütunekafeyiñmew antü,
welu kiñe fütra llawféñ
malütukayawülpafi iñ kümé wümáwkülechi zuám

Aún nos mira el sol,
pero una sombra extensa
invade nuestro dormido sentimiento

......................................


Ayéntuyawülumekifilnge wümáwkülechi pu ché
Pepílngefule nga pewmá
Ñüküfngechi kullmüzkullmüzngegafuyiñ
Úyéchi lüngkáw püle ngatí.

No se ría de los que duermen,
Si controláramos el sueño
Como relámpago parpadeante nuestra sombra en silencio
En las lomas proyectadas las veríamos


.......................................


Fentrén relmú may nga angé ñi pu wechoz mew
tüfa ta mülen, pünónefiel ellá nüwkülechi pu püpüm,
lufwechúnkülechi pu pañíllwe.
Lulúlwenu pingéy llenga chi futrá zumíñ mapu
fey nga zóy nornentuam ta züngú
üyéchi wechum nga taiñ feyentun-ngerpuy

Múltiples arco iris en el ojal del rostro
aquí estoy, encima de improvisados cables
alambre con las puntas quemadas.
Tierra atormentada lleva por nombre el hoyo negro
Y por decir más claramente lo que se quiere
Aquel extremo tenemos por principio


.......................................


Azkíntukefilmün
Fülmákefilmün chi epékoñilechi waka
Aríñafuy

No la miren
No se acerquen a la vaca que va a parir
Puede ahumarse el cuerpo en su vientre

En: Cifuentes, Víctor. Resplandece el calor del sol. 2007 (inédito)
Imagen: Víctor
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, enero 2009

ARTE PEÓTICA


(David Aniñir – Santiago)

Quién pagará el arriendo de esa pieza porteña
donde sus ventanales antiguos dieron una vez al mar?
Quién valorará estos espacios
donde renacieron la poesía aleteando
sobre esa musa her-musa?
Nadie, señoras y señores, quitados de bulla!

Los miserables orígenes de la poesía son desconocidos
en escritorios, editoriales, bibliotecas;
los orígenes de este arte,
desarte
o desastre
son inmundos.

Siendo así
y a pesar de los desiertos
las flores silvestres seguirán creciendo en tu tierra
y en todas partes
para escribir con los nervios llenos,
succionando tinta
néctar para endulzar los versos,
besos
y voces al vacío.

El poema,
estado de sublime conciencia,
post estado de descomposición,
engaño corporal en su máxima esencia,
escritural acción torturando el silencio,
asesinato innato del espacio vacío
al abismo del poema.

El poema a la vena entra
alterando las pulsaciones x minuto x hora
x día x noche
x vida x muerte.
El poema a la vena entra por el pasaje
envenando la piel que nos cubre el alma,
licuando cual pulso apuntando con la 9 milímetros,
bajando y subiendo temperaturas temperamentos y tempestades.

Entiendo la poesía no como el ave sino como el vuelo
(a las aves no me las toquen más en virtud aérea, oh Poetas),
entiendo las cicatrices envueltas de poesía blanca y roja
escurriendo las hemorragias amarillentas y pus del pecho,
embelleciendo el temple del REO sangrando IRA,
enmudeciendo a los perros en las noches de luna llena.

Poesía sin IVA incluido
vía bono previsional
inseguros todos de su uso
desuso
o abuso.

Poesía pan nuestro de cada día,
es ahí no tener nada que echarle al pan
o nada con qué untar el alma
para alimentarnos en ella.

En: Huenún, Jaime. “20 poetas mapuche contemporáneos”. LOM Ediciones, 2003.
Imagen: Cantina
Fotografía: Erwin Quintupill. Lautaro, febrero 2008

SIN TÍTULO


(Fernando Raguileo – Saltapura)

Vengan a mí
poetas del silencio
vengan y háblenme
de sus penas y alegrías
seamos esta vez eternos amigos
y vamos a cada esquina
de nuestros sentimientos

Sentémonos frente al mar
de nuestros pueblos
y echemos veleros azules
a navegar en el cielo

Vengan a mí
pájaros poetas
vengan y aniden sus locuras
en las montañas de mi nostalgia
volemos juntos esta vez
más alto y más bajo
más lejos y más cerca
volemos hasta el fin de las palabras
hasta el fin de cada libro.

En: Raguileo, Fernando. Fragmentos del Sur. (Inédito).
Imagen: Mehuin
Fotografía: Erwin Quintupill. Mehuin, febrero 2008

SIN TÍTULO


(Fernando Raguileo – Saltapura)

En el arrebol de tus palabras
voy cayendo
al horizonte
de tus labios
y en el cielo de tus
ojos
soy un cometa fugitivo.

En: Raguileo, Fernando. Fragmentos del Sur. (Inédito).
Imagen: Hojarasca de majin
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, febrero 2008

MARI AILLA


(Pedro Alonso Retamal)

¿Quién te dijo a ti
que te hicieras carabinero,
Juan Antillanca?

Tú que naciste a la orilla del mar
y que jugaste en las playas sin dueño,
que naciste sabiendo
que la vida no necesita ley
porque allí nunca ocurre nada;
a más de una ola y otra ola,
un transitar de espuma,
dos fantasmas de viento
y una gaviota borracha de cielos…

¿Y qué más pasa, Juan Antillanca?

Cuando llegaste de uniforme verde
y te pusiste rígido,
¡parecías un atado de “colloi”!
¡cómo te gozaban los chiquillos,
casi te empelotaron la primera vez!

Tus ojos que eran mansos y risueños,
tuviste que endurecerlos;
y aquel gesto tuyo que era como un amanecer,
lo transformaste en grito duro,
en amenaza negra,
en noche desconfiada…

¿Te acuerdas cómo se las arreglaban
para tener algo de comer
cuando tú eras niño?
¿Y ahora, Juan, tú andas buscando
a los que roban ovejas
porque tienen hambre
y no tiene trabajo?

¿Cómo murió tu padre, recuerdas?
¿En qué cuartel amaneció muerto?

A ti te han escogido para esto
porque hablas “mapu dugun”
y porque conoces
todos los escondites de la costa.

Te vimos esa tarde cuando llegaste al Mauleo:
tú ibas más asustado que él,
pasaste avergonzado frente a nosotros.

Ese día, Juan, nos dio una pena grande.

Alguien dijo:
- Antillanca se hizo carabinero
para ganarse el pan pescando presos a sus hermanos.

¿Qué gusto tiene ese pan Antillanca?

mari ailla …………………………. diecinueve
colloi ……………………………... cochayuyo


En: Radrigán, Juan. Nepengi peñi, nepege. Mapu Ñuke Ediciones, 1987.


Imagen: Oleaje
Fotografía: Erwin Quintupill. Travesía Valdivia-Corral, febrero 2008

QUILA


(Pedro Alonso Retamal)

Tú me vas a enseñar
“mapu-dugun”
Ignacio Huechapan.

Yo quiero saber, de nuevo
lo que dices cuando estás borracho;
lo que dices, riendo;
lo que lloras diciendo…

Nos conocimos “pichichegüeiyu”
y, desde entonces,
siempre “huenuy”,
siempre, “kimey huenuy”.

Jugábamos en las pitras
a corretear el viento
y a las escondidas con la lluvia.

Tú me enseñaste a jugar la chueca
y a “pifilcatun”.

Desde siempre nos llamábamos “peñi”,
y, cada vez que el tiempo nos juntaba:
-“fta cuifi, peñi Ignacio, chumuleimei…?”

Pero yo me fui lejos
y tú te quedaste debajo de la lluvia
mientras tu ruca fumaba
interminablemente su “pitren”.

Pero voy a volver de nuevo,
y, entonces,
debajo de las mismas pitras
vamos a conversar,
y tú,
palabra a palabra
me vas a recordar el “mapu-dugun”
que los años han llenado de olvido.

quila……………………………….. tres
mapu-dugun ……………………… idioma de la tierra
pichichegüeiyu” ………………….. desde niños, pequeños
huenuy …………………………… amigo, camarada
pifilcatun ………………………… tocar pifilca, pito
fta cuifi peñi ……………………… saludo al hermano
chumuleymi ……………………… cómo estás tú
pitren …………………………….. cigarro

En: Radrigán, Juan. Nepengi peñi, nepege. Mapu Ñuke Ediciones, 1987.
Imagen: Corderos nuevos
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, julio 2009

VIAJE EN SUEÑOS


(Carmen Curiche – Ragintulewfu – Nueva Imperial)

Y en tu fuerte y seguro galopar
abriste la puerta de mis sueños.
kaballo bañado en tristes lágrimas de plata
te veo correr por los suaves caminos de los sueños,
donde con calma buscas
la ruka de esa persona escogida por los dioses;
los viejos y los jóvenes de la tierra azulada.

Galopas danzante y te acercas cada vez más
para llevarme a esa tierra desconocida para mí,
para unirme junto a tu andar me llevas hasta las estrellas.
Me acercas a la luna y me haces abrazarla,
me dejas tímidamente por un momento contemplarla
y ella con su mirada brillante y coqueta
abre los brazos para contarme que en esta tierra
habitan mis antepasados,
habitan los dioses que desde siempre nos han protegido,
que desde esta tierra han luchado junto a nosotros.

Se acerca el caballo de plata
y me lleva hacia mi hogar,
mientras siento la fragancia del canelo que cobija nuestro camino.

En: Colectivo We Newen. Voz de mujer, poe4sía de mujeres mapuches para todos. 2008.

Imagen: Mujer (escultura de Lino Raguileo)

Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, abril 2009

DANZARINA ETERNA


(Ayliñ Ñancucheo – Neuquén)

Danza sobre el viento lentamente,
con suaves movimientos.
Remolinea su silueta a contraluz,
penetrando las manos de aire;
buscando el espacio correcto
con un vaivén hipnotizante
que estremece la tierra.
Su caminar es eterno.
Su brillo deslumbra en cada vuelta,
su energía crece
y su efímera vida
se alza,
revolotea…
danzarina eterna,
por un día…

En: Colectivo We Newen. Voz de mujer, poesía de mujeres mapuches para todos. 2008.
Imagen: Pifvjkatufe (escultura de Lino Raguileo)
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, abril 2009

jueves, 27 de agosto de 2009

CANTO PARA ESPERAR LA LLEGADA DE LOS PECES


(Juan Paulo Huirimilla Oyarzo – Calbuco)

Cuando lleguen otra vez los peces
a la orilla de la playa
tejeremos el tiempo
de los abuelos de este mundo.

ÜLKANTUN TA ÜNGÜMAFIEL TI CHALLWA
(Versión en Mapuzugun de Víctor Cifuentes Palacios)

Ka wüño akutule pu challwa
ina lafken
püramtuymatuafiyiñ ñi düngu
tüfachi mapa pu füchake che yem.

En: Huirimilla, Paulo. Cantos para niños de Chile. Ulmapu Ediciones, 2005.
Imagen: Playa y restos
Fotografía: Erwin Quintupill. Chayhuin (Provincia de Corral), febrero 2009

PARA QUE NADIE ME MIRE


(Jacqueline Canihuan – Puerto Saavedra)

Al estero de aguas brillantes corría yo
cuando su voz me alcanzaba.
Él viene silbando por el bosque
él viene a sonreír junto a mí.
Qué contenta era mi vida,
qué contenta era mi vida.

Una noche (de esas sin estrellas)
él viajó a un lugar nuevo
y mi cántaro encontró su lugar
en el fondo del estero.

Ya no quiero adornar mi cabello
ya no quiero cantar cuando el sol
aparezca en la mañana.
Iré a la montaña a esconderme,
para que nadie me mire,
para que nadie me mire.

En: Huenún, Jaime. “20 poetas mapuche contemporáneos”. LOM Ediciones, 2003.
Imagen: Agua
Fotografía: Erwin Quintupill. Chayhuin (provincia de Corral), febrero 2009

viernes, 14 de agosto de 2009

Manuel Melín



(Erwin Quintupill - Saltapura)

Cuando mataron a Manuel
algo se rompió
de nuevo en mi interior.

(¿Sería pequeño y moreno
o tal vez tuvo ojos claros?)

Todo es verde
las hojas y los tallos.
Delgados chorillos
reflejan el cielo
y me llenan los ojos
desbocándose.

Manuel, joven como yo
y de igual vocación
en mi sangre
encabritado
moría y nacía diez veces
en cada golpe que le dieron.


Este poema forma parte de “Exiliado en Chile”, mi primer poemario (1986). Manuel fue un joven nacido – al parecer – en un lof cercano al mío. En ese entonces, era estudiante de pedagogía y fue una de las víctimas de la dictadura. Nunca me enteré de las circunstancias específicas de su muerte, (en ese tiempo vivía lejos del sur); pero la noticia - difundida por las radios - nos golpeó duramente a los militábamos en las organizaciones mapuche de la época.

Tiempo después, estando en Temuco, supe que lo habían estado siguiendo. Para la opinión de entonces, se trataba de un opositor de izquierda: para nosotros, se trataba de uno de los nuestros, porque la presencia política de nosotros se había originado principalmente para rechazar el decreto 2568 de finales de los 70. Por cierto, todo quedó en la más absoluta impunidad.

Presento este pequeño grupo de poemas como homenaje a los demás hombres y mujeres mapuche que han muerto como consecuencia de la incansable lucha que venimos llevando desde siglos.

Las noticias de hoy jueves 13 de agosto dicen que el peñi Jaime Mendoza Collio fue muerto por un disparo que ingresó por su espalda.
Imagen: Copihue en Saltapura
Fotografía: Erwin Quintupill

Pedro[1]



(Erwin Quintupill - Saltapura)

Ayer murió un mapuche como yo.
Lo mató la policía.
Cuando lo fueron a dejar
hubo llanto y rabia contenida
y un lamento profundo
surgía de la tierra.

El cuerpo de Peyuco
fue enterrado por la tarde
y el tiempo estaba malo.
Además de en los 21
que fueron detenidos
en todos
en todas partes
mi hermano iba naciendo.

[1] Pedro, joven mapuche urbano, muerto en una de las jornadas de protesta a principio de los 80.
Imagen: Funeral de Jaime Mendoza Collio
Fotografía: Erwin Quintupill

Sin título

(Erwin Quintupill - Saltapura)

El muchacho progresista leyendo el diario comentó:
¿Por qué no pondrán gentes?
¡Ponen puros indios!

Las mujeres en la foto
viejas mujeres con rostro de tierra
emitían el sufragio en Imperial.

¡Se olvidó!
¡En la letra de su discurso estuvimos tantas veces...!
Y olvidó.
En la numerosa multitud cotidiana de Temuco
no nos vieron.

Por la puerta abierta del bar
entró el frío de la mañana
y sonreí...
calladamente
sin hallar qué responder
al muchacho progresista que leyendo el diario comentó.


Este poema forma parte de “El ancho espacio que mis ojos ven” y se basa en un hecho ocurrido en un restaurante, durante la mañana siguiente al plebiscito del 88. Lo narrado corresponde a expresiones de un joven agitador de la Concertación por la Democracia. Poco antes le había conocido y supe de su entusiasmo porque la opción NO se impusiera. No está de más decir que en años anteriores no había tenido participación alguna en la lucha antidictatorial. Lo he vuelto ver, un poco más maduro, caminando por las calles de Temuco. Es del grupo que se tragaron nuestras esperanzas.

dulce patria recibe los votos


(Erwin Quintupill - Saltapura)

Indio antipatriota, me dijeron, no valoras los emblemas patrios. ¿De qué sirve educarlos si van a continuar pegados a sus espíritus del pasado? ¡Vuélvanse a casa, desgraciados!, faltó que me dijeran.

Era el día de las inauguraciones en mi patria usurpada.

Del poemario “Las Distancias” (en preparación).
Imagen: Funeral de jaime Mendoza Collio
Fotografía: Erwin Quintupill

Sin título


(Erwin Quintupill - Saltapura)

Hay chilenos que dicen
que si soy indígena
por qué entonces uso jeans.

A mí me dan ganas de decirle
que ni él ni yo somos made in usa.

Miro la cuenca de sus ojos
y me quedo en silencio
por ahora.


Este poema fue escrito a principios de los 90 y forma parte de mi segundo poemario “El ancho espacio que mis ojos ven”.
Imagen: Funeral de Jaime Mendoza Collio
Fotografía: Erwin Quintupill

Sin título

(Erwin Quintupill - Saltapura)

Les falta una mirada, un ojo, aquel que puede ver lo distinto.
Con el único ojo que les queda sólo pueden ver su propio rostro
nunca el de los demás
así van, pequeño hijo, las gentes que no conocen en la planta de sus pies
la calidez de la tierra.

Así van, como si lo existente antes que la humanidad inventara su propia mirada hubiera dejado de existir o nunca hubiera existido, como si antes de él nada hubiera respirado.

Sin título[1]

(Erwin Quintupill - Saltapura)

Las gotas antiguas
las gotas de sangre
renacen intensas
en medio del verde
que nunca es el mismo
y entre mis venas
retorna a la tierra
volviendo a nacer.

[1] No recuerdo el año en que lo escribí; pero, fue antes de venirme al sur por primera vez; es decir, antes de diciembre de 1986. Junto a este hay otro poema breve que habla también de copihues que suben y se enredan. Tal vez ya no exista. Los escribí, el mismo día, en el dormitorio de la casa que habitaba, en el sector de Hualpencillo.

Este poema se lo entregué a Pedro Neculqueo, compañero mío en el Grupo de teatro mapuche desde fines de 1987 hasta fines de 1988. Sé que lo publicó en un boletín o revista de muy corto tiraje.

Conservo el manuscrito en un cuaderno pequeño.

Homenaje a Jaime Mendoza Collio

CONFESIONES NECESARIAS

 (Erwin Quintupill - Saltapura)

Soy culpable de haber escuchado las viejas historias junto al fogón,
de haber corrido entre los bosques de mi suelo natal
y de seguir jugando con el viento.

Soy culpable de haber bailado en el gijatun de haber regado el suelo con muzay
y de haber visto el sitio en que los ríos nacen.

Es verdad,
amo más el sonido del lenguaje de la tierra que las palabras con que hablan los demás.

Soy culpable de beber chicha de manzana hasta altas horas de la noche
de bailar corridos y rancheras en las fiestas
de mirar callado
de quedarme en silencio cuando salgo de casa.

Soy culpable de querer el canto de los viejos
de enterrar a mis muertos compartiendo la carne y el vino
de adornar con flores de papel los sepulcros
y de hablar con los que ya no están.

Es verdad,
amo el color de la tierra, su humedad y el rocío cayendo desde las hojas de los árboles.

De contar cuentos a los niños en las largas noches de invierno
y en las breves de verano, también soy culpable.
De saber del tuwvn, de conocer la historia de mi lof y de amarla;
de todo eso, también soy culpable.

Me culpo de haber ido a la ciudad, sin arrepentimiento
de haber caminado por sus calles tratando de sentir la sangre de los que allá murieron
de haber aprendido a hacer el pan y a caminar largas horas por las mañanas.
De reírme, de eso también soy culpable.
De irme y no volver…

Es verdad,
amo el recuerdo de los que no están.

Soy culpable de llamarme Juan y no como se llamó mi abuelo.
Soy culpable de tener ojos claros, la piel morena.
Soy culpable de tener hijos mestizos, de sembrar la tierra y de leer libros.
Soy culpable.

Me culpo de haber reclamado bajo la lluvia
de mirar hacia el Este cuando amanece y de bajar mis ojos hacia el suelo y volver a levantarlos
de pedirle a los dueños del agua y del bosque que no se vayan
de conversar en silencio con las montañas.

Es verdad,
soy culpable de no confiar

y creo en la comunión de las palabras
y de eso también soy culpable.
De haber arriado una bandera el 12 de octubre de 1992 en la plaza de Concepción.
De haber subido la cordillera cuando me necesitaron
De haber sobrevivido y no haber muerto cuando me quisieron muerto
De todo eso soy culpable.

Ahora que vengan los tiempos y me juzguen
que los demás se queden en su espacio y a mí
me queden en el mío, en cualquier lugar se encuentre
pero si muero que mis huesos descansen en el sur bajo un suelo sin cruz.

domingo, 19 de julio de 2009

WENTRU

(Karla Guaquin – Chiloé)

I.

Te vas
y vuelves
después
de cada luna menguante
donde esos clandestinos
se perdieron
tras correr a robarle
un beso al amanecer

II.

En la rutina
del territorio de los sueños
irrumpe
un melodioso trompe
que solitario baila y canta
entre los harapos
del anciano amor.

III.

Los buenos vientos del sur
trajeron en sus miradas
fuegos de espinillos
quemando
las palabras y las flores
“la ciudad despertó…
…y los sueños se fueron al cajón
y colorín colorado
este cuento se ha acabao…”
(Reincidentes)
En: Colectivo We Newen. Voz de mujer, poesía de mujeres mapuches para todos. 2008. Imagen: Bartolo y la luna llena
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura

SIN TÍTULO


(Maribel Mora Curriao – Panguipulli)

Llovía oscuro y el mundo era un inmenso lago, la luna se ocultaba a nuestros ojos y los abuelos hablaban de antiguos designios. Nadie dudaba entonces de sus sueños, ni lo hacemos ahora olvidados en la casa del águila, perdidos de la huella con furia y saña abrieron en la cordillera Ignacio y Belarmino Chiguay, la misma ruta que perdió a sus hermanos y que Margarita abandonó con premura.

Ajena yo
remonté por el camino claro.

Mañana volveré me dije
y sembraré nuevos cantos
Y cerré los ojos para recordarlo
allí dejaba el sol
la nieve
los besos
y las placentas aún calientes
de los últimos partos
las oraciones que dije
y las que no dije
en las montañas
el silbido del viento
y las culebras
la ruta abierta en las quebradas.

La noche no es más
que una inmensa roca me digo
azul como la melancolía de la
luna nueva.

En: Instituto de Estudios Indígenas. Revista Pentukun 10-11. Universidad de la Frontera, 2000.
Imagen: Araucarias.
Fotografía: Erwin Quintupill. Alto Bío Bío

LENGUAS SECRETAS


(Adriana Pinda)

Lo dijo la machi, no lo repitas
Entraba en trance. Anda
a la montaña a esperar
que la lengua de la tierra
también se abra para ti.

Iremos al cerro sobre la luna llena
allá te cantaremos, la única manera
escuchar los espíritus al amanecer.

Si las balsas de la muerte no la llevaron
a la muchacha
será por algo. Que el dueño la tomó
no la suelta más. Tiene que seguir soñando.

Aparecen los espíritus, sólo algunos
pueden entrar a la laguna.

Que se cuide la guerrera de alumbrantes trenzas.
La toman de repente. No la vemos más.

En: Instituto de Estudios Indígenas. Revista Pentukun 10-11. Universidad de la Frontera, 2000.
Imagen: Elvira Paine

ESTOY


(Leonel Lienlaf – Alepue – Valdivia)

Estoy suspendido en el aire
como el canto de los pájaros
como el olor de las flores
que llena los espacios.
Voy como agua
por este río de vida
hacia el gran mar de lo que
no tiene nombre.

Yo soy la visión
de los antiguos espíritus
que durmieron en estas pampas.
Soy el sueño de mi abuelo
que se durmió pensando
que algún día regresaría
a esta tierra amada.

Él se fue de viaje
más allá
del horizonte de los sueños.

MÜLEN
(Versión en Mapuzugun de Leonel Lienlaf)

Mülen ülkantun güñüm-reke
anülen kürüfmew
gürkentun rayenkechi,
koreke amulen
tüfachi mongen leufümew
chumechi ñi trüfkün
ñi piuke amulen,
trefkün mongen femngey.

Pewmangen
kuifike pülli tüfamew umagtulu
ñi füchakecheyem ñi pewmangen
rakiduamünmu umagtulu
wüñoael kiñe antü
tüfachi aiñ mapumew
fey anüy doy ayple wanglen,
miawi kake rüpü püke,
fey kimi chew ñi miawün.

En: Lienlaf, Leonel; Se ha despertado el ave de mi corazón. Editorial Universitaria, 1989.
Imagen: Eduardo
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, enero 2008

SIN TÍTULO


(Patricia Leufuman – Traiguen)

El sol aún no se ubica bien
en el oriente
es finales de agosto
La luna no la he visto
(no se ve desde el hospital)
No sé en qué posición
o en qué estado estará
si estará en cinta todavía
o habrá dado ya a luz
la fertilidad de primavera
o estará de espalda sobre el mar.
La luna nueva
dando a luz lluvias para septiembre
o estará de espalda al Sur
llamando sequías
Si es así
hará falta un buen gijatun
en octubre cuando la Luna
en cinta todavía
un gijatun con agua y muday
y todos vestidos de negro
para que el cielo
se cubra de nubarrones
y llueva
La naturaleza maternal
es obediente
al llamado de sus hijos.

En: Instituto de Estudios Indígenas. Revista Pentukun Nº 3. Universidad de la Frontera, 1995.
Imagen: Luna
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, noviembre 2006

TRES POEMAS DE


(Cristian Antillanca – Huiro – Corral)
Versión en Mapuzugun de Víctor Cifuentes

En el campo el trigo maduro
en el trigal el zorro
y tu pelo tan lejano.

Tréw kachilla lelfün püle,
kachilla mu chi ngürü
tami longko kay türpú ngeláy.


La tarde se hizo noche
En la última micro no bajaste
ya no te espero
Mas aún miro
si iluminas la ventana de tu ausencia.

Nagántü ta zumiñnagi
üyechi rüftú kiñen pañillwe mu ngeláy tami
akún
üngümnewelayu
tami küzétual chi mi üwé azkintutripawe.


Bajo el coigüe
estás
están tus ojos
mirando el agua que te mira
con tus propios ojos.

Münche koywé ta
müleymi
mülí ta mi pu ngé
lelíwülnefilu ko wüño lelíwülnetew ya eymi
tami ngé mew.

En: Antillanca, Cristian. La tarde cae en las hojas de los árboles. Ediciones Nolmén, 2006.
Imagen: Loreto
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, febrero 2008

SEÑALES EN LA TIERRA DE ARRIBA

(Elicura Chihuaylaf – Quechurehue – Cunco)

Salió el viento del mar
Lloverá lloverá gritan los huesos
y los sembrados que parecen
enfermos
cargan de ensueños los botes
que como nubes navegan
en el agua del cielo
Salió el viento del mar
y se han volcado los botes
sobre el Llaima
Lloverá, sí, dice el aroma
cerrando sus puertas
Y veo la luz del cielo
que abre sus vertientes azules
y las espigas levantan
sus cabezas
silban, las oigo, ¡jubilosas!

En: Chihuaylaf, Elicura. De sueños y contrasueños. Editorial Universitaria y Editorial Cuarto Propio, 1995.

LA ESPERA


(Faumelisa Manquepillan – Puquiñe – Lanco)

Érase un niño,
que aún era incierto,
érase un pequeño
como huevo revuelto.
Era la vía láctea,
parecía cuento.

Dentro de su madre,
un milagro quieto,
entre espeso lago,
nadaba contento.

Su madre era luna,
o dorado lucero,
érase un pequeño,
como luz y viento.

¿Vendrás en primavera,
o vendrá en Invierno?
Llorará primero,
después reirá,
y junto a su madre
seguirá el sendero.

En: Manquepillan, Faumelisa. Sueño de mujer. CONADI, Osorno, 2000.
Imagen: Matías
Fotografía: Erwin Quintupill, Octubre 2006 (Saltapura)

SE TE ADVIRTIÓ QUE TENGAS CUIDADO



(Bernardo Colipan – Osorno)

Cuando emigraste Arnoldo de San Juan de la Costa
para hacer tu servicio militar en la ciudad:
en el potrero se echó la vaca de la angustia.
Se te dijo que la vida en la ciudad
era una gallina de espinazo pelado
de tanto ser pisada por el gallo del destino.
SE TE ADVIRTIÓ QUE TENGAS CUIDADO
pero ascendiste en las laderas de lo esencial
cambiaste a la Rosita Rupailaf por la Lulú Salomé
titubeaste en los barrancos de lo sustancioso
para dejar caer como terrón de tierra
luego
nada más
que juntar tus pedazos.
Nunca se olvidará el día que volviste al campo
DE TU ROSTRO PÁLIDO RESBALÓ UNA LÁGRIMA DE ALQUITRÁN.

En: Colipan, Bernardo y Velásquez, Jorge. Zonas de emergencia. Paginadura Ediciones, 1994.
Imagen: Máscara (Lino Raguileo)
Fotografía: Jorge Sir

LA TÓRTOLA

(Lorenzo Aillapan – Rukatraro – Puerto Saavedra)

Al igual que una hembra humana
que llora cuando está adentro de la ruka
y que también llora cuando está afuera
la tórtola llorona desde que existe la humanidad
este pájaro melancólico anda trinando su pena
así como cuando mueren seres queridos.

El nido de cuatro palitos de la tórtola
se ha derrumbado y por eso llora
por la continua tala del bosque nativo
por le viento y por la lluvia, al comienzo del otoño venidero
por eso es sincera la melancolía de la madre tórtola.

De lo alto de un cerro desde un árbol
por el camino culebreado hacia la comunidad
al ver pasar los intrusos, los ajenos codiciosos
y canta: se quebraron los huevos
muy triste llora la tórtola por la desgracia
por ser testigo del permanente castigo a la Madre Tierra.

En: Aillapan, Lorenzo. Úñümche. Hombre Pájaro. Pehuén Ediciones, 2003.

DOS (MISIÓN DE LA COSTA)



(Jaime Huenún – Valdivia)

El traía un cargamento de abarrote en la montura,
y una calfinita de aguardiente en el morral,
“Grítenme montes y valles
háblenme piedras del cerro”, cantaba
ya borracho,
con los ojos todavía encandilados
por las luces y los bares
de la calle República.
Las estrellas se caían a pedazos esa noche, paisanito,
meteoros que les dicen los del pueblo,
pero el mar las detenía entre sus rocas
y pudimos dormir sin sobresaltos.
Buenas noches, nos dijimos, buenas noches.
Un chonchón rozó la ruca. Fue de encanto.
Mi abuelita hizo una cruz en la ceniza,
y quemó un par de trintraros que me andaban
en la nuca y en la frente.
Desperté bajo unos notros florecidos,
con los labios amargados
por el vino y la intemperie.
Mi caballo descansaba junto a un álamo;
y soltó un relincho fuerte
corcoveando.
Ahí mismo lo corrí y le di alcance,
y lo monté y lo galopé hasta el rancherío.
Le gritamos ¡párate, Juan, arráncate!,
pero él venía del pueblo
y traía el cuerpo malo.
“Grítenme montes y valles,
háblenme piedras del campo”, cantaba
de costado en la cuneta.
Rematado dicen que fue,
aunque ya había muerto
mucho antes que dejara cantar
esa ranchera.

En: Huenún, Jaime. Ceremonias. Editorial de la Universidad de Santiago de Chile, 1999.
Fotografía: Vaso y botella (Erwin Quintupill)

lunes, 2 de marzo de 2009

Kvpan

(Emerson Marin Licanleo - Saltapura - Nueva Imperial)

Y en el azul, olvidados
Los héroes de ayer
Borrados de la memoria
Ocultos en la muerta historia
Likanlevfu, hijo orgulloso de la tierra
Galopa oculto en el bosque de la indiferencia
Linkolevfu, es un grito del trueno, que estremece el oscuro cielo
Ñankulevfu, es el vuelo de las aves
Templado colihue, rugir poderoso, de las entrañas de la tierra

Corre Oeste y las nubes, desatan el llanto

La semilla desconoce a su árbol,
y el viento las va arrastrando
El pasado, llora… el pasado, que se va borrando

Huérfanos, son los hijos de la historia
Enterrados en el cemento, sin futuro y sin memoria
Presas de la maquinaria. Incoherente y depredadora
La muerte camina a paso ligero
Tu titulo de profesor, microempresario o ingeniero
Han asesinado tu espíritu libre!!!
Corre Este y el viento evoca al canto
Nuevas semillas van germinando
y el ayer viene galopando
El pasado, renace… y el presente que se esta forjando

Ñankulevfu, nos habla con su voz de tierra
Somos colihues que resisten, su misma guerra
Linkolevfu, ruge como un trueno
Es amor, lo que aferra la lanza de un guerrero
Likanlevfu, galopa muy cerca del menoko de mi corazón
Es raíz, identidad, es su voz con la que hablo
Es su espíritu el que me habita
Es su Kvpan, lo que en mi corazón palpita

miércoles, 28 de enero de 2009

LA SOMBRA DE UNA INMENSA NOCHE


(Sebastián Queupul – Ralipitra – Nueva Imperial)

De rodilla en mi féretro, llorando
con las lágrimas cuajadas gota a gota,
con un amarillo mirar de todos los muertos,
lanzo los ojos muy abiertos hacia el cielo.
Absorbiendo el aceite de las bestias enormes,
de las bestias que nada sienten,
ni el rodar agigantado de la noche
ni la agonía prematura del orbe.
Sobre la corona de las espinas languidecidas,
quebro mi lanza dentro de la hoguera ardiente,
para calmar la sed de vida que no muere,
para morir lanzando quejidos débiles.
La inmensa noche me entrega una porción de larvas,
un puñado de insectos inquietantes.
Es una noche sin luz, sin la piedad dormida
y cada sombra enhebrando gusanos andantes.
Cabalga mi mente años esqueléticos.
Succiona jugos de espinas que no hieren.
Sobre la débil planta de mi seso,
se detiene la marcha de la noche negra.
En la penumbra de una idea apresurada,
se trajea un perfil angustiado.
En su mente se posa un rifle acerado del tiempo
y un vagón de esperanzas muertas.
De rodilla en mi féretro, llorando
con las lágrimas cuajadas gota a gota,
con un amarillo mirar de todos los muertos,
lanzo los ojos muy abiertos hacia el cielo…

En: García, Mabel y Galindo Sylvia; Poesía mapuche. Las raíces azules de los antepasados. Editorial Florencia, 2004.
Imagen: Teñido de lana (Saltapura)
Fotografía: Erwin Quintupill

EL CANTO DEL PESCADOR

(José Santos Lincomán Inaicheo – Compu – Chiloé)

Cantaba un día en Melinka,
en su lancha un pescador
que se salvó de la muerte
en el golfo Corcovao feroz.
Era una tarde de invierno
me despedí de Quellón,
manda el piloto arrogante
arriba el ancla y las velas
tengo calado el timón.

El viento ya está bonito
el mar se ha puesto enojado,
nubes negruscas del norte
lluvias que vienen llegando
la noche fea y oscura
solo en popa se ven blanquear
como dientes de una fiera
que ya nos quieren tragar.
Sobre la espuma blanca
vimos al faro Duatao
su reflejo de alegría,
que ofrece en la tempestad.

Sigue el viento, sigue el viento,
más grande la tempestad
dice el bravo piloto ¡bajen las velas!
se ruempe las velas
se ruempe el timón
dos remos en popa
que ayude al timón.
Alma de roca chica, del marino defensor,
calma el viento y las olas
que te lo pido yo
ya estamos en la Isla de Canelo
ya nos hemos salvado.
Faro Melinka que alumbra
en la oscuridad.

En: García, Mabel y Galindo Sylvia; Poesía mapuche. Las raíces azules de los antepasados. Editorial Florencia, 2004.

EL PREGÓN DE LAS ARVEJAS


(Anselmo Raguileo – Saltapura – Nueva Imperial)

De madrugada salió Cacinta
a coger capis de arvejas.
La vieron las últimas estrellas
y también el viejo puelche.
Bajo sus pies desnudos
crujen los tallos rotos
y, el rocío de la noche,
cae como lágrimas de las hojas.
Sus ágiles manos se mueven
como aves cogiendo semillas.
Transporta ahora su bulto
como hormiga que arrastra su carga.
Al trote sobre su mansa “mulata”
va ensayando una canción pregonera
y las cintas de sus cabellos
se agitan como alas de mariposas.
Llega a la ciudad
aún soñolienta
y grita su pregón
con voz cantarina
repitiendo una y otra vez
en cada esquina:
alvirca, casera, alvirca,
alvirca, alvirca, alvirca a a.

En: García, Mabel y Galindo Sylvia; Poesía mapuche. Las raíces azules de los antepasados. Editorial Florencia, 2004.
Imagen: Frutos de canelo
Fotografía: Erwin Quintupìll. Saltapura, febrero 2008

EL TESTAMENTO DE MANUEL MONTT

(José Teiguel – Castro)

“Como poseedores del capital
tan necesario para procrear fortuna.
Como poseedores de la cultura,
el esfuerzo
y un saludable idioma nuevo –
reitero-.
Los hago acreedores a la tenencia de esta tierra
de estos poblados quilantales,
de estos ñilhues, de estos líquenes”.

Mientras tanto es preciso
certificar la presencia de Dios
en esta empresa maravillosa.

Entonces Melwing desabrocha la bragueta
de la cruz
y la clava en medio de los deshabitados ojos.
Y en nuestros pechos desnudos
sentimos el viento gélido de Pérez Rosales
que nos arrincona
hasta hacernos saltar
de nuestros propios huesos:

Y nosotros le pusimos llave
a nuestras bocas.
Y bajo cerrojo
escondimos
la escasa claridad
que nos pedía la historia.

En: Teiguel, José; La heredad del pasto y del agua. 2ª edición, Paginadura Ediciones, 2006.

Y TUS CAMPOS DE FLORES, CERCADOS

 














Imagen: Manzano silvestre (Saltapura)
Fotografía: Erwin Quintupill, enero 2008

Este poema es parte de un libro en construcción, que espero finalizar en un par de meses más.




Y TUS CAMPOS DE FLORES CERCADOS
(Erwin Quintupill)

Y tus campos de flores, cercados.
No hay espacio por donde transite el hombre libre
ni la wiña libre, ni el zorro libre, ni el choroy
ni nadie que tenga espíritu de tierra

En la alta montaña
los volcanes son lo único que va quedando

Y en tus campos bordados de miseria
el hombre y la mujer de siempre
se sientan a comer las migajas
que les caen del gobierno central.

Sin título


 
 














Este poema forma parte del libro EL ANCHO ESPACIO QUE MIS OJOS VEN (2002), escrito durante muchos años y que algún día espera publicarse.


SIN TÍTULO
(Erwin Quintupill)

Ahora que mi corazón se ha cerrado, es cuando necesito que me hables por el hilo del teléfono, que me envíes la música de tu palabra o que te quedes frente a mí y me envuelva tu mirada hasta hacerme dormir.

Ahora es cuando podrías llegar bajo el disfraz de un fantasma o cubierto con la humedad de los esteros, o llegándome de tus manos el aroma del poleo.

Ahora que es noviembre y me ha venido una soledad desconocida, una soledad de fiesta, una soledad de murmullos.

Me pondré a pensar con insistencia en la línea de tus piernas cuando caminas, como si vinieras un poco más allá del árbol más cercano. Fijaré a mis pupilas dormidas tu recuerdo y lo echaré a rodar con mi sangre durante las horas en que la luna camine por lo alto en dirección al mar, para que acaricie mi escondido pecho.



Imagen: Cardo blanco (Saltapura)
Fotografía: Erwin Quintupill, diciembre 2008

II















Imagen: Mariposa en el patio de la casa
Fotografía: Erwin Quintupill. Saltapura, diciembre 2008

Este poema es parte de mi primer trabajo realizado en 1986, titulado EXILIADO EN CHILE. Lo envié al I Concurso Nacional de Poesía del Magisterio y obtuvo el 3º lugar. Tiene la importancia que me hizo tomar la decisión de dedicarme a la poesía.


II
(Erwin Quintupill)


Allí
desde mis hombros
juega en el viento
envuelve mi cuerpo descalzo
saluda al sol.

Insolente, furiosa
frente a la lluvia y el viento
me abraza.
Las ovejas en fila
van hacia el corral.


Sin título













Imagen: Boldo huacho. Saltapura, enero 2009
Fotografía: Erwin Quintupill

Este poema es parte del libro A UN COSTADO DEL MAR (2008) que espero publicar en poco tiempo más. También está en EL ANCHO ESPACIO QUE MIS OJOS VEN, mi segundo libro (inédito), construido a lo largo de muchos años y terminado en 2002.



SIN TÍTULO
(Erwin Quintupill)

El día cuando ya no sea más
cuando muera lejos de casa
y del polvo en que fue mi primera huella
cuando vaya dejando de existir
mis cerrados ojos se quedarán viendo
el firmamento de Saltapura.

Estaré solo
y una cortina de pálida lluvia
vendrá cerrando el ancho espacio
que mis ojos vieron entre la tierra y el cielo.

Cuando muera
en algún sitio de mi cansado territorio
un viejo antiguo estará cantando
desde algún monte espeso
las aves saldrán volando
llenando el aire con el sonoro canto de su aletear.

Y en ese día
en que estaré sólo lejos de casa
quiero volver
a sentir las voces de los viejos
discurseando junto a mí
quiero escuchar el ruido de los vasos que se vacian
y sentir el eterno abrazo de la tierra
que siempre me estuvo esperando.

Ese día, solos, de nuevo en casa
la tierra y yo
haremos un acto final de rebeldía
del que nadie podrá separarnos.