domingo, 21 de abril de 2013

HUENÚN, EL LENGUARAZ



Huenún, el lenguaraz

VIVIAN LAVÍN ALMAZÁN
   
Como una venganza por la lengua extirpada, el poeta Jaime Huenún se expresa en un castellano correctísimo, lleno de imágenes y matices. Con su voz gruesa y solemne va relatando sobre ese otro hablar, el Ché Sungún, el hablar de la gente de Chauracahuín, de su gente, de los mapuche-huilliche, cuyas voces son las protagonistas de Reducciones (LOM, 2012). Un libro en parte autobiográfico, lleno de gestos lingüísticos y políticos donde brotan como de un manantial una lengua, un paisaje, un pueblo y su historia.

Huenún, el lenguaraz
Cuenta Jaime Luis Huenún que de joven era de esos que le daba por preguntarle a sus mayores cómo era la vida antes de que naciera. Una afición de muchos niños y adolescentes pero que en Huenún se convirtió en una ética que se fue impregnando en su vida, en su obra. “Como individuo mestizo indígena siempre tuve la inquietud por saber de dónde venía esta gente que configuraba un espacio territorial  y humano determinado”, cuenta. Lo que nació como simple curiosidad, a los 19 años tomó forma de una investigación más formal que primero tuvo a sus parientes y amigos más cercanos como principales fuentes de información, donde lo primero que llamó su atención fue el modo en que ellos se referían a sus propias historias. Y es que lo hacían en un castellano mestizado arcaico mezclado con algunas voces del Che Sungún, la lengua de los huilliches, pueblo del que Jaime Luis Huenún es heredero. Esta hibridez lingüística, estos acentos le dieron el tono, pero no era suficiente. De ahí se fue a los archivos, donde encontró lo que la historia había olvidado. “Me adentré en estos archivos clausurados por las respectivas historias nacionales, tanto de Chile y de Argentina, y así configuré una mezcla de la memoria oral con la escritura archivada. A partir de eso, empecé a explorar esas vetas que van configurando el mundo deReducciones, un libro que es un viaje por muchas zonas de la espiritualidad, historia, memoria, cotidianeidad de muchos personajes de diferentes momentos de nuestra historia”.
En el libro Reducciones(LOM, 2012), el poeta mapuche-huilliche Jaime Luis Huenún busca “trenzar una serie de miradas, de voces, de susurros construidas a partir de la biografía de un sujeto poeta, que es mi caso. La respiración de cada uno de los personajes se da en un orden coral y el intento por configurar esta polifonía es un intento por democratizar la voz de estos sujetos silenciados por la historia. Mi propia biografía está silenciada aunque aparezca desde el comienzo”.
DESNUDANDO VOCES
El libro se abre con Entrada a Chauracahuín, que no es otro que Osorno y sus alrededores. Para Huenún el paisaje nacional mapuche pulsa por revivir, tiene memoria. De aquí este acto de renombrarlo todo desde el comienzo de su obra, como un deber que como poeta asume y así decide volver a llamar Chauracahuín a espacios geográficos que hoy se conocen con otros nombres. “Es el nombre huilliche del antiguo territorio de Osorno, que significafiesta entre las chauras, que es un árbol que da un fruto bastante sabroso”, cuenta. Con este paisaje renombrado de fondo, Huenún reconquista de nuevo ese lugar con las armas de la poesía y la ficción junto a la información documentada. “Hay una labor palimséstica que potencia los textos y poemas”, explica. Una complejidad que se ve potenciada con la búsqueda y rescate de una lengua particular, como es el Che Sungún, que comparte una matriz lingüística con el mapuzungún, sin embargo, exhibe notables diferencias. Una diversidad que se desconoce fuera de los círculos vinculados al estudio de los pueblos originarios pero que revela aspectos inéditos de esa otra historia que se quiere contar. Como que “las comunidades o lof mapuche de la zona del Bíobío o la zona más austral, eran diferentes y muchas tenían sus propios dialectos. En el caso de los huilliches, reivindican el Ché Sungún o el hablar  de la gente, y sus diferencias respecto del mapuzungún de la Frontera son notables. Ocurría en instantes de la historia mapuche en que dialogaban mapuches, huilliches y nagches, éstos últimos de la zona de los valles de La Frontera, y no lograban entenderse. Ya entonces, se necesitaban lenguaraces o traductores” que pudieran derribar esos obstáculos lingüísticos surgidos a raíz de la relación con el entorno e historia”, relata como si él mismo fuera un viejo lenguaraz.
Sin embargo, su propia relación con idioma de sus ancestros es difícil, “como muchas personas de origen mapuche, que no nacieron en un contexto donde la lengua se hablaba con fluidez. Varias generaciones de mapuches, a partir del 1900 en adelante, se formaron con una memoria lingüística, herida, lesionada, puesto que el Estado a través de diversas instituciones, como la escuela o los espacios laborales prohibieron el uso de estos idiomas nativos. Se castigaba con mucha ferocidad a quienes insistían en hacerlo. En mi familia, el idioma quedó en mi bisabuela. Mi abuela en cambio, lo habló tardíamente pero también hablaba el alemán, porque trabajó en casas inmigrantes. Es muy común en los mapuche-huilliche que desde hace tres generaciones atrás no se hable con propiedad nuestro idioma y hoy, lamentablemente no quedan más de 100 hablantes en la zona. Es una relación dolorosa con una lengua fantasma que tiene una potencia que a uno lo atrae, lo vincula. La investigación es una condición permanente del sujeto que ha sido mutilado de su propio idioma y que ahora es un idioma terciario. Para llegar a él hay que desnudar los textos, las voces”, dice como si estuviera adolorido de tanto buscar.
ORACIONES AL BOLDO TIBIO…
TamBién se cuelan entre los poemas y la prosa de Reducciones la influencia de la Iglesia Católica y una religión que condenaba a quienes practicaran sus saberes sanatorios del cuerpo y alma. “La religión católica fue una de las potencias que se instaló con mucha fuerza en los territorios. Fue un elemento de conquista, de colonización, de dominio... Con ella se rompió una manera de vivir, de morir, de pensar, de amar, de estar en la existencia , donde las polaridades del Bien y del Mal cristiano no estaban presentes. Sin embargo, esa ética, esa moral ya no existe y hoy sólo podemos pesquisarla a través de los libros porque hoy todo está sincretizado. De aquí que no podemos condenar a los mapuches que profesen una Fe, cuando los hay anglicanos, católicos, capuchinos bávaros, etc., que tienen que ver con las misiones que llegaron y ya son parte de los imaginarios y tradiciones de muchas comunidades. Sin embargo, todos estos elementos están en permanente convulsión porque existe el deseo ancestral de revivir aquello que fue a través del Nguillatún o Lepún, pero están cruzados por el cristianismo…¿de qué manera resuelve el indígena esta situación de quiebre permanente? Aún no hay una paz para él, cuando tiene que vivir de los dioses propios y los ajenos. Mi propósito al hacerlos parte del libro era dar cuenta que esta tensión de imaginarios religiosos sigue aún viva”. Como en Manuela Colipe Benavente, quien además de ser el título de uno de los poemas corresponde a quien fuera la abuela de su esposa. Con ella convivió en Freire durante 13 años, y recuerda su generosidad y su hablar en castellano y mapuzungún como también su filiación religiosa a un grupo mariano y sus oraciones frente al retrato del líder de los Legionarios de Cristo. “Es un poema-homenaje a la niña que ella fue. A la niña que debió irse de su mundo y viajar por La Frontera para ir a fundar una familia en un pueblo huinca. Un poema escrito en la larga convalecencia de una enfermedad que la llevara a la muerte y donde el poema busca cerrar el círculo de la vida llevándola hacia su niñez, a un momento en el que ella estaba plenamente integrada y al que nunca más pudo volver”, recuerda.
MANUELA COLIPE BENAVENTE
Manuela Colipe Benavente
respira el sol para dormir.
Nueve hijos a sus pies sollozan
en la luz de su soñar.
Vuela el águila en el aire de sus ojos,
Todo el oro de los ríos va en la testa.
Vuele entonces el Metrenco, el Allipén,
El Huilío, el verde Quepe, el Huinquilco
a su boca madre de las aguas,
a sus manos que nos dieron de comer.
¿Quién hará oraciones a la tierra,
al ciruelo, a la higuera, al boldo tibio,
quien dará primavera a las raíces
y descanso al cielo y a los árboles?
Va Manuela por los campos de Wawanco
endulzándose entre flores de pradera,
una niña mapuche que posee
en secreto la lengua de los sueños.
Una niña invisible en las vertientes
y en el fuego de los montes y los valles,
una niña de oscuro que ahora tiene
sólo espectros por país y por nación.
Vuelva entonces a la nieve, a la descalza
Cordillera de los altos alerzales,
su fulgor de mariposa roja,
su memoria de silencio y luz.
Si bien Pablo de Rokha es el único poeta que está literalmente citado en su libro, hay otros que están de manera menos perceptible. “Están allí, conviviendo también, Teillier, Neruda, Gabriela Mistral, Gonzalo Rojas…otros poetas centroamericanos como Ernesto Cardenal, Joaquín Pasos. También los hay griegos y europeos, cada cual secretamente alimentando a estas voces ajenas a ellos pero que van construyendo una poética del encuentro, de la búsqueda y donde no sólo prima la denuncia sino también la construcción de ciertos instantes en los que fulgura cierta humanidad. Estos poetas del mundo están ayudando a este sujeto a configurar un mundo”, un nuevo mundo.
EL CONFLICTO ACTUAL
En ese intento por darle voz a los silenciados, incluye también Jaime Huenún en sus poemas a voces del español arcaico. “Esto es fundamental porque quienes fundan históricamente este territorio son los conquistadores hispanos. Una conquista que se hizo no solo a sangre y fuego sino también con esta impensada vinculación del occidental con el indígena, con este doloroso ayuntamiento que da origen al mestizaje del cual todos somos parte. La Guerra de Arauco originó situaciones laterales, donde también está el mestizaje lingüístico. Allí esta ese instante de génesis de una nueva humanidad. Las lenguas, como los paisajes tienen memoria, y para ir hacia ella, hay que ir a lo más atrás. El conquistador vino, vivió, amó y murió, y entonces también se hizo humus, parte del paisaje. Y dejó también un idioma ensangrentado… bucear en sus formatos arcaicos y populares, nos ayuda a entendernos como indígenas. Por eso me di la tarea de privilegiar estos formatos lingüísticos”, cuenta. Pero no sólo está presente el gesto lingüístico, también lo está el gesto político. Y es que Reducciones muestra también la dolorosa tensión que aún se vive en nuestro país. Se trata del conflicto interétnico que no terminó en la malamente llamada Pacificación de la Araucanía. De aquí que haya versos donde está presente, entre otros nombres, Jaime Mendoza Collío. “Lo escribí cuando supimos de la muerte de este hermano de Requém Pillán en este conflicto ya largo y bastante absurdo en que se mantiene entre la sociedad chilena y la mapuche. Como lo han dicho otros peñi y lamgen, si la sociedad chilena no percibe que haya una oportunidad de encuentro con los pueblos originarios, iremos hacia una situación de subdesarrollo en términos espirituales, culturales, intelectuales…los asesinatos es el testimonio de la brutalidad de un Estado que se ha negado a dialogar. Este es un intento por restituirle la palabra a este hermano asesinado desde la sensibilidad lírica”.
Cuenta Huenún que la palabra y el diálogo es uno de los elementos centrales de la cultura mapuche. Sin embargo, desde la perspectiva occidental, en una discusión, sólo una parte tiene la razón y esto hace daño. Los mapuche de comunidad no pueden ver su territorio solamente como un espacio de productividad económica. “Y es que el paisaje tiene memoria, vive”, dice con su voz tronadora.
EDITORIAL MAPUCHE
Esa palabra es la que intenta rescatar en un emprendimiento editorial junto a Elisa Loncón, Lautaro Loncón y Bernardita Calfuqueo que ha tomado el mandato del Congreso de las Lenguas Originarias celebrado en 2011. “Se llama Konünwenu, que significa entrada al cielo. Queremos generar un espacio para la difusión de la literatura indígena chilena y latinoamericana. Tendrá varias líneas de funcionamiento, como lo una que profundizará en el conocimiento de la historia, otra que tendrá que ver con la literatura indígena e infantil, y otra de poesía. Además, pensamos publicar una línea narrativa y otra de artes visuales indígena”.
Un emprendimiento que ayudará a tender esos puentes culturales que tanto se necesitan.

lunes, 8 de abril de 2013

BIBLIOTECA MAPUCHE



Tod@s invitad@s al lanzamiento de la Biblioteca Mapuche en Temuco.

La Biblioteca está pensada para ser un espacio cultural mapuche, autónomo y autogestionado
con apertura intercultural e intracultural que permita rescatar, resguardar y promover
elementos socioculturales del pueblo mapuche, a través de la colección, organización y difusión
de material bibliográfico y audiovisual que involucre temáticas del pueblo mapuche.
L@s esperamos este Viernes 12 de Abril desde las 17:00 hrs, en un ambiente familiar.
Calle Lautaro #367, cerca de "Plaza del Hospital"
Tendremos la siguiente programación:

Presentación de la Biblioteca Mapuche:
Gestores del proyecto
Poesía:
Alejandro Stuart, poeta y fotógrafo independiente.
Música
Jano Weychafe, músico
Nicolás Michel, músico.
Ülkantun
Joel Maripil, ülkantufe lafkenche.
Y más invitad@s por confirmar!!

Mizawün

La idea es que este mizawün/compartir comida, sea levantado por tod@s l@s participantes. La
invitación apunta a que tod@s colaboremos con comida, que en lo posible sea mapuche.
PD: Contaremos con una exposición fotográfica mapuche autogestionada, perteneciente al fotógrafo
independiente Alejandro Stuart.

Después del evento están todos/as invitad@s al local "Mapuche de Corazón" a compartir güxamtun
(conversaciones) escuchar canciones y música y a mover el kalül/ cuerpo.. mediante unos purun /
bailes ....Entrada gratis…… http://bibliotecamapuche.wix.com/inicio#!inicio/mainPage