domingo, 26 de septiembre de 2010

TÓRTOLA

(Omar Huenuqueo – Labranza)

Dulce palomita silvestre, recolectora, semillera;
untadas con sangre de amapolas las rojizas patitas;
oído delicado y descifrante;
alas húmedas, esquivas, gallardas;
plumaje de espuma gris mojado
con la tristeza y el perfume de los bosques;
manchada con la harina del trigal
eres una artista melancólica del campo.

En el alma de la selva
escondes tu flauta bajo el ala y duermes…


(Versión en mapuzugun de Omar Huenuqueo)

Kachu Anka pichi ngunum, trapumkafe, ketrantufe;
rayen ñi kelu molfun mew kolotun namun;
welulkakenochi kume pilun;
narfen mupu, piyof, nuwa;
pañus trof pichun, kasu, kulchof
mawida ni weñankun ñi numun mew ka;
korpacaleymi ketran ñi rungomew
weñankun ayekafe ngueymi lelfun mew ka.

Mawidantu ñi am mew
ellkalkeymi tami ayekafe miñche mupu fey umautukeymi…

En: Pewma. Revista de Literatura y Arte. Año 2 Nº2, 1995.

PACIENCIA


(Omar Huenuqueo – Labranza)

Amo esa silla
donde, alguna vez
se sentará
mi alegría.




(Versión en mapuzugun de Omar Huenuqueo)

Ayufin feychi wanku
cheu ni anunagpuam
ka antu
iñche ni ayuwun.

En: Pewma. Revista de Literatura y Arte. Año 2 Nº2, 1995.
Imagen: Regreso de entierro. Saltapura, marzo 2010
Fotografía: Erwin Quintupill

LA PRIMERA PÉRDIDA

(José Teiguel – Castro)

Una vez que se patentizan
el pasto
el agua
y el paisaje es letra muerta
cada uno arregla la soledad
a su manera.

A golpes de hacha y machete
sucumben los territorios
en estado de gracia.
A golpes de fuego los fusiles
apuntan sus binoculares
hacia la noche.

Que no se te olvide, Pérez Rosales.
Que no se te olviden los Cuncos
huyendo hacia el sur
con su cielo a rastras
y la esperanza llena de hematomas.

Dieciocho varas de ancho tiene la suerte
De los fugitivos nonatos.

En: Teiguel, José. La heredad del pasto y el agua. Paginadura Ediciones, 2ª edición, octubre 2006.

NO SÉ DE MÍ


(Paolo Luke “Neltume”)

Yo no soy aquel que mira ese espejo,
yo soy, no soy.
Soy triste, soy agrado pero no soy;
la verdad estoy solo.
Tranquilo conmigo, a veces cansado
en mis días de paz estoy poco, tal vez ratos asustado.
Tú eres del sur, él del norte,
nosotros del lago, vosotros de la cordillera,
ellos son del valle y aquellos ya son esclavos.
Yo sin embargo aún no logro identidad,
soy un hijo de la casualidad,
un originario del encuentro,
lejano del suceso pero vigente,
haciendo de mi atributo una mixtura.
Volador del bosque inacabadamente, nadador del río,
zorro del calvario, brisa espesa que empuja el piñón hacia las
manos,
musgo, camanchaca,
artesano del barro, minero, poeta,
herbívoro, araucaria y mestizo además.
Aún ignorante del todo,
en fin quien no debiera ser soy,
pero fui.
Inquieto para mí y mis preguntas,
silencioso en instantes molestos,
refutablemente cotidiano.
Vistas gastadas, dedos tristes como si eso importara,
natural, falso de poesía;
así trato de ganar.
De vez en cuando trabajo mirando el pasado
y a la vez mis cordones,
mentiroso si te saludo y te sonrío,
radical, necio, es decir creativo.
Vegano de actitud
¿bueno?
Soy, fui y trato de ser lo que jamás pensé que sería,
no soy un sueño ni menos ingeniero,
soy farsante, pintor y travieso, o sea soy cualquier cosa.
Soy todo menos constitucional, menos patriota,
mi pena,
mi tierra lejana por ahora.
Perdido en este lugar donde al parecer no calzan todos,
cuando escribo sé de papel borrón y prejuicio;
sendos escritos en madera.
Quise e intenté ser quien no debería,
soy quien dañó a la persona que más quería,
¿fui un músico o simplemente un animal
de esos tiernos que nunca nada hacen?
Sin responsabilidad, un mediocre entero.
Soy y no me quejo porque si lo hago
ya soy mi trapo viejo.

En: Kolectivo We Newen. Sembrando Vida. Wallmapu entre imágenes y poesía. 2007.

Imagen: Puerto Saavedra. Enero 2010.
Fotografía: Erwin Quintupill

REFLEJO


(Carmen Curiche – Ragintulewfu – Nueva Imperial)

Logré abrir mis ojos durante cinco segundos
y vi el reflejo más hermoso y luminoso
que estos tristes ojos negros habían podido mirar.

Al cerrar mis ojos la luna me dijo:
tu estrella iluminó la tierra,
sólo una pequeña porción de ella para que iluminara tu despertar
y con tu despertar te trajo el regalo de tus ancestros.
Ya más no tengas miedo de abrir los ojos,
en tu senda no estarás sola.

Cuando desperté,
sentí los labios más dulces y suaves que podría imaginar
y junto a él,
el reflejo de mi piel.

En: Kolectivo We Newen. Sembrando Vida. Wallmapu entre imágenes y poesía. 2007.

Imagen: Grafitti. Puerto Saavedra, enero 2010.
Fotografía: Erwin Quintupill

LA CHICA MELINAO

(Salvador Mariman – Temuco)

Hoy temprano en la mañana desperté
y el olor a soledad rondaba en mi ventana,
seis de la mañana,
la chica Melinao en la esquina embarazada.
Su sueldo varía según miércoles o fin de semana,
los feriados por lo general no se le ve;
cuentan que ya no celebra el We Xipantü
porque su familia se avergüenza de volverla a ver.
Ella tenía sueños y estaba cansada de su vida en el lof,
quería ser independiente
y tener una vida más allá del matrimonio.
A ella le molestaba el barro, el frío
y tener que levantarse en la mañana a alimentar a los chanchos;
cuando había visita ella no hablaba,
pero tenía que estar cerca del padre para llenarle el mate.
Sola, lejos de la vida,
la chica Melinao es fuerte,
duerme en el día y de noche un taxi la viene a buscar,
no conoce el amor y mañana hará un aborto
pues sabe que en su vida la comida no alcanza para dos,
no alcanza.

En: Mariman, Salvador. Extiendo mis alas a pesar del largo invierno. Kolectivo We Newen, 2009.