domingo, 26 de septiembre de 2010

LA PRIMERA PÉRDIDA

(José Teiguel – Castro)

Una vez que se patentizan
el pasto
el agua
y el paisaje es letra muerta
cada uno arregla la soledad
a su manera.

A golpes de hacha y machete
sucumben los territorios
en estado de gracia.
A golpes de fuego los fusiles
apuntan sus binoculares
hacia la noche.

Que no se te olvide, Pérez Rosales.
Que no se te olviden los Cuncos
huyendo hacia el sur
con su cielo a rastras
y la esperanza llena de hematomas.

Dieciocho varas de ancho tiene la suerte
De los fugitivos nonatos.

En: Teiguel, José. La heredad del pasto y el agua. Paginadura Ediciones, 2ª edición, octubre 2006.

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