(María Huinao – Hualinto – Osorno)
En las hojas muertas
y los árboles caídos,
descansa la raíz de mi pueblo
el dolor aún lo trae el viento
de aquellos que a golpes
fueron sometidos
El huinca escupía fuego,
mis ancestros casi extinguidos
La Manuelita y José el pequeño
junto al fogón de la Ruka
dejaban oír su ruego
Pregúntale a la Araucaria
¿cuál era el pecado de mi pueblo?
Ser los dueños de esta tierra libre
y no animales de caza.
Lloraron,
hasta quedar sin lágrimas
los árboles perdidos
El invasor miserable y cruel
implacable en la conquista,
no respetaba la vida;
eran fieras insaciables.
Sus manos las traían repletas
de artimañas y mentiras.
Infectados de codicias,
podridos por la avaricia.
Las aguas lloran por siglos
y mancharon los esteros;
infectando los vientos
y el corazón de la loica
se desangró por entero.
Cada 12 de octubre
lloran las avecillas.
El maki se vistió de luto
y la mapu madre
revuelve su vientre,
para abrigar y no olvidar,
el dolor y la afrenta
de sus hijos perdidos.
En: Huirimilla, Juan
Paulo. Trafkiñdüngun: Intercambio de Palabras. Unidad de Cultura y
Educación CONADI Dirección Regional Osorno, 2009.
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