lunes, 23 de julio de 2012

SEÑOYKAWE


(Ricardo Loncon – Lefhueluan – Traiguen)

A veces la olla se subía
desparramando el jugo de la carne
y un olor a grasa se levantaba de las grasas.
Mi abuela Elisa decía que Señoykawe,
el alma alegre del fogón,
estaba probando el sabor de la comida.

Señoykawe es pequeñito como tú,
pero mucho más travieso, mucho más.
¡Mira, él ya probó este alimento! me decía
extendiéndome un trozo de carne.

Señoykawe, diminuto remolino,
emergía desde el centro de las brasas
levantando una nube de cenizas
y desaparecía,
seguramente en dirección a otro fogón
donde se estuviera cocinando carne.

Huenún, Jaime. Ragengey ti dungun. Pichikeche ñi mapuche kumwirin. La palabra es la flor. Poesía Mapuche para Niños. Mineduc, 2011.

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