miércoles, 28 de enero de 2009

EL CANTO DEL PESCADOR

(José Santos Lincomán Inaicheo – Compu – Chiloé)

Cantaba un día en Melinka,
en su lancha un pescador
que se salvó de la muerte
en el golfo Corcovao feroz.
Era una tarde de invierno
me despedí de Quellón,
manda el piloto arrogante
arriba el ancla y las velas
tengo calado el timón.

El viento ya está bonito
el mar se ha puesto enojado,
nubes negruscas del norte
lluvias que vienen llegando
la noche fea y oscura
solo en popa se ven blanquear
como dientes de una fiera
que ya nos quieren tragar.
Sobre la espuma blanca
vimos al faro Duatao
su reflejo de alegría,
que ofrece en la tempestad.

Sigue el viento, sigue el viento,
más grande la tempestad
dice el bravo piloto ¡bajen las velas!
se ruempe las velas
se ruempe el timón
dos remos en popa
que ayude al timón.
Alma de roca chica, del marino defensor,
calma el viento y las olas
que te lo pido yo
ya estamos en la Isla de Canelo
ya nos hemos salvado.
Faro Melinka que alumbra
en la oscuridad.

En: García, Mabel y Galindo Sylvia; Poesía mapuche. Las raíces azules de los antepasados. Editorial Florencia, 2004.

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