miércoles, 28 de enero de 2009

EL PREGÓN DE LAS ARVEJAS


(Anselmo Raguileo – Saltapura – Nueva Imperial)

De madrugada salió Cacinta
a coger capis de arvejas.
La vieron las últimas estrellas
y también el viejo puelche.
Bajo sus pies desnudos
crujen los tallos rotos
y, el rocío de la noche,
cae como lágrimas de las hojas.
Sus ágiles manos se mueven
como aves cogiendo semillas.
Transporta ahora su bulto
como hormiga que arrastra su carga.
Al trote sobre su mansa “mulata”
va ensayando una canción pregonera
y las cintas de sus cabellos
se agitan como alas de mariposas.
Llega a la ciudad
aún soñolienta
y grita su pregón
con voz cantarina
repitiendo una y otra vez
en cada esquina:
alvirca, casera, alvirca,
alvirca, alvirca, alvirca a a.

En: García, Mabel y Galindo Sylvia; Poesía mapuche. Las raíces azules de los antepasados. Editorial Florencia, 2004.
Imagen: Frutos de canelo
Fotografía: Erwin Quintupìll. Saltapura, febrero 2008

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