lunes, 31 de agosto de 2009

ARTE PEÓTICA


(David Aniñir – Santiago)

Quién pagará el arriendo de esa pieza porteña
donde sus ventanales antiguos dieron una vez al mar?
Quién valorará estos espacios
donde renacieron la poesía aleteando
sobre esa musa her-musa?
Nadie, señoras y señores, quitados de bulla!

Los miserables orígenes de la poesía son desconocidos
en escritorios, editoriales, bibliotecas;
los orígenes de este arte,
desarte
o desastre
son inmundos.

Siendo así
y a pesar de los desiertos
las flores silvestres seguirán creciendo en tu tierra
y en todas partes
para escribir con los nervios llenos,
succionando tinta
néctar para endulzar los versos,
besos
y voces al vacío.

El poema,
estado de sublime conciencia,
post estado de descomposición,
engaño corporal en su máxima esencia,
escritural acción torturando el silencio,
asesinato innato del espacio vacío
al abismo del poema.

El poema a la vena entra
alterando las pulsaciones x minuto x hora
x día x noche
x vida x muerte.
El poema a la vena entra por el pasaje
envenando la piel que nos cubre el alma,
licuando cual pulso apuntando con la 9 milímetros,
bajando y subiendo temperaturas temperamentos y tempestades.

Entiendo la poesía no como el ave sino como el vuelo
(a las aves no me las toquen más en virtud aérea, oh Poetas),
entiendo las cicatrices envueltas de poesía blanca y roja
escurriendo las hemorragias amarillentas y pus del pecho,
embelleciendo el temple del REO sangrando IRA,
enmudeciendo a los perros en las noches de luna llena.

Poesía sin IVA incluido
vía bono previsional
inseguros todos de su uso
desuso
o abuso.

Poesía pan nuestro de cada día,
es ahí no tener nada que echarle al pan
o nada con qué untar el alma
para alimentarnos en ella.

En: Huenún, Jaime. “20 poetas mapuche contemporáneos”. LOM Ediciones, 2003.
Imagen: Cantina
Fotografía: Erwin Quintupill. Lautaro, febrero 2008

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