viernes, 14 de agosto de 2009

Sin título

(Erwin Quintupill - Saltapura)

Les falta una mirada, un ojo, aquel que puede ver lo distinto.
Con el único ojo que les queda sólo pueden ver su propio rostro
nunca el de los demás
así van, pequeño hijo, las gentes que no conocen en la planta de sus pies
la calidez de la tierra.

Así van, como si lo existente antes que la humanidad inventara su propia mirada hubiera dejado de existir o nunca hubiera existido, como si antes de él nada hubiera respirado.

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