viernes, 14 de agosto de 2009

Sin título

(Erwin Quintupill - Saltapura)

El muchacho progresista leyendo el diario comentó:
¿Por qué no pondrán gentes?
¡Ponen puros indios!

Las mujeres en la foto
viejas mujeres con rostro de tierra
emitían el sufragio en Imperial.

¡Se olvidó!
¡En la letra de su discurso estuvimos tantas veces...!
Y olvidó.
En la numerosa multitud cotidiana de Temuco
no nos vieron.

Por la puerta abierta del bar
entró el frío de la mañana
y sonreí...
calladamente
sin hallar qué responder
al muchacho progresista que leyendo el diario comentó.


Este poema forma parte de “El ancho espacio que mis ojos ven” y se basa en un hecho ocurrido en un restaurante, durante la mañana siguiente al plebiscito del 88. Lo narrado corresponde a expresiones de un joven agitador de la Concertación por la Democracia. Poco antes le había conocido y supe de su entusiasmo porque la opción NO se impusiera. No está de más decir que en años anteriores no había tenido participación alguna en la lucha antidictatorial. Lo he vuelto ver, un poco más maduro, caminando por las calles de Temuco. Es del grupo que se tragaron nuestras esperanzas.

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